Plazo inicial de 48 horas para sacar a los 33 mineros se redujo a menos de 24 horas, por habilidad de los rescatistas. El primer ascenso tomó 16 minutos, para terminar efectuándose los últimos en sólo nueve a diez minutos. La mantención preventiva y la facilidad de operación de la cápsula hicieron innecesario reemplazarla durante el salvataje.
Sin pausas ni perturbaciones, los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad fueron emergiendo en la cápsula "Fénix 2". Animados, nerviosos y emocionados, pero sanos y salvos.
Lo que a las 23:55 horas del martes comenzó con un ascenso que tardó 15 minutos, llegó a demorar sólo nueve. La coordinación del equipo de rescatistas, la firmeza de la cápsula y la garra de los mineros fueron claves en el desarrollo de una operación que no supo de pausas.
Una cápsula que viajaba cada vez más rápido auguraba un buen final. Como se planeó, primero fue más lenta, para probarla.Y hacia el final más rápida, pues llevaba a los trabajadores de mayor fortaleza física.
Con tecnología de punta, total coordinación y una alta cuota de ingenio, de la que no estuvieron exentos los propios atrapados, la Operación San Lorenzo también mostró el lado más humano del rescate que tomó 69 días.
